viernes, 18 de noviembre de 2011

El bosque de madroños de Miranda del Castañar



El madroño es un arbusto de hojas carnosas que mantiene durante todo el año. Sus flores son una especie de farolillos blancos que penden boca abajo. Los frutos son unas bolitas que cuando están maduras son de color rojo. Se llaman popularmente borrachinas por el alto contenido en alcohol.


Los troncos son retorcidos, con la madera de tonos rojizos y se encuentran recubiertos de musgos y líquenes. Si el ambiente es propicio estos arbustos llegan a alcanzar el porte arbóreo.




Como curiosidad contar que la época de floración y la de maduración del fruto coinciden en el tiempo. Esto se debe a que una vez que la flor se transforma en fruto, este permanece hasta el año siguiente en la planta madurando cuando surgen las nuevas flores.


Pues bien, en las proximidades de Miranda del Castañar (provincia de Salamanca) hay una pequeña extensión que esta cubierta exclusivamente por pequeños arbolitos de esta especie.


El suelo se encuentra tapizado por las hojas que van cayendo a lo largo de los años y va formando un suelo fértil. Algunas zonas se encuentran cubiertas totalmente por la hiedra, tanto el suelo como el tronco de algunos árboles.




Si hay lugares mágicos, sin duda este es uno de ellos. Paseando por su oscuro interior, entre su intrincado laberinto de troncos puedes dar por cierta cualquier leyenda que te cuenten.


Un lugar maravilloso donde perderse. Pero si hay algo verdaderamente increíble es que estando próximo a una población, que se acceda desde la misma carretera y que forme parte de la propaganda turística de todas las casas rurales de la zona, se mantenga en perfecto estado y que no encontremos restos de basura. A ver si hay suerte y esto se mantiene así mucho tiempo.


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