domingo, 8 de enero de 2012

Tamames

   
             En esta ocasión nos separamos un poco más de la ciudad de Salamanca y nos acercamos, sin entrar, a la zona de las Sierras.


Aunque siguen apareciendo las tierras rojas del terciario, nos encontramos ya en medio de la penillanura.


El clima es más húmedo, lo que permite que aparezcan especies como el roble melojo o rebollo. El terreno es muy ondulado y la profundidad del suelo es escasa.


Aparecen afloramientos rocosos de pizarras, formando los típicos dientes de perro. Se forman extensas vaguadas por donde discurren tortuosos arroyos con gran cantidad de meandros.




El espacio esta dominado por las dehesas de encinas pero, en los lugares donde el suelo es más profundo, se ha eliminado el arbolado para la práctica de la agricultura.


Es una zona de transición entre la dehesa y la sierra por lo que se van sustituyendo las encinas por los robles.



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